Skip to main content

Todos estábamos ansiosos por despedir el año, ahora quisiéramos pensar que la crisis acabó y que con el nuevo año llega el cierre de las incertidumbres y el comienzo de una recuperación exponencial.

Este año sin duda fue la apertura al cambio para muchos líderes y compañías con un antes y un después en la forma de llevar el liderazgo y de plantear metas ambiciosas, así mismo, con una gestión del riesgo más aterrizada y preparada.

De igual forma, el cambio de las relaciones interpersonales y la aceleración en la digitalización transformó la forma de llevar la cotidianidad de las empresas y los equipos de trabajo.

Los equipos antes se veían sumidos en las paredes de las oficinas, reuniones extensas y mucho contacto, mientras que ahora prima la conectividad y el rendimiento laboral se puede entender más desde el trabajo en casa que desde la misma oficina.

Aprendizajes del año

La llegada de la pandemia cambió notablemente la forma de vivir el trabajo, los horarios, los lugares desde donde se prestan los servicios laborales y el compromiso de los empleados hacia el mismo, así mismo, debe cambiar la forma de pensar del líder y saber llevar esta nueva forma.

Adicional al cambio dado por la pandemia, llegan también los millennials a incorporarse al mundo laboral, su visión, como todos conocemos, no es fijarse en una compañía para siempre, sino prestarle a la compañía sus conocimientos en determinado proyecto, sentir que aportaron a la empresa y que aprendieron de ella.

Nuevo año, nueva década y nuevas perspectivas

Con este nuevo inicio de década, los líderes deberán aprovechar la oportunidad de cambio que se presenta, este es el mejor momento para incentivar una cultura organizacional en su equipo de trabajo o compañía y quienes lo logren podrán disfrutar de un compromiso elevado por sus colaboradores y de un mejor impacto motivacional que se verá reflejado en los resultados de sus empleados.

Los líderes de la nueva década

Es entonces cuando un líder debe saber adaptarse a esta nueva forma de ver y ser laboralmente. Aquellas empresas que logren ser más humanas, aquellos líderes que consigan alinear sus proyectos a los propósitos personales de sus empleados, lograrán el gran nuevo desafío.

Este comienzo de década no es el momento para seguir con las costumbres laborales, sino para desaprender lo antiguo y aprender que existen más posibilidades de ser un equipo.

Sin embargo, la principal clave, ese as bajo la manga de todo líder, es lograr entender que su cultura empresarial debe ser la aliada en esta nueva estrategia y que mantenerla sana y dar ejemplo logrará que su compañía alcance cada meta proyectada.

FUENTES: