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Rosita Rojas Castro: Pionera de la Justicia y la Igualdad en Colombia

En el año 1937, un hecho trascendental marcó la historia de la Universidad Externado de Colombia y del sistema judicial colombiano en general: la admisión de la primera estudiante de derecho, Rosita Rojas Castro. Este acontecimiento no solo representó un hito en la educación superior del país, sino que también abrió las puertas para una nueva era de igualdad de género en la profesión legal.

Rosita Rojas Castro ingresó a la Universidad Externado de Colombia en un momento en el que el acceso de las mujeres a la educación superior y a profesiones tradicionalmente dominadas por hombres era sumamente limitado. Su valentía y determinación la llevaron a enfrentar un entorno académico predominantemente masculino, donde se convirtió en un símbolo de la lucha por la igualdad de género.

Desde sus primeros días en la universidad, Rojas Castro desafió las expectativas y los prejuicios de la sociedad de la época. Acompañada por su madre, asistía regularmente a clase, superando el temor de ser la única mujer entre sus compañeros. Su dedicación y excelencia académica pronto captaron la atención de la comunidad estudiantil y de los medios de comunicación, convirtiéndola en una figura emblemática en la Bogotá de aquel entonces.

Pero el legado de Rosita Rojas Castro trascendió las aulas de clase. Además de destacarse como estudiante, se convirtió en la primera abogada penalista del país, desafiando las convenciones sociales al demandar ser llamada “abogada” y “jueza” en lugar de los términos masculinos correspondientes. Esta lucha por el reconocimiento de su identidad de género sentó un precedente importante en la historia de Colombia y allanó el camino para otras mujeres en el campo del derecho.

Tras graduarse con excelentes calificaciones el 14 de junio de 1942, Rosita Rojas Castro continuó su carrera ascendente al ser nombrada jueza tercera del Circuito de Bogotá de la Corte Superior el 1 de julio de 1943. Su labor en el ámbito judicial fue ejemplar, demostrando una profunda comprensión de la ley y un compromiso inquebrantable con la justicia.

Además de su destacada trayectoria como jueza, Rojas Castro también se desempeñó como profesora en la Universidad Javeriana, compartiendo su vasto conocimiento y experiencia con las futuras generaciones de abogados. En 1947, fue designada como jueza de Primera Instancia del Juzgado Penal de Facatativá, donde continuó ejerciendo su profesión con dedicación y ética hasta su fallecimiento.

El legado de Rosita Rojas Castro perdura como un testimonio inspirador de la lucha por la igualdad de género y el acceso a la justicia en Colombia. Su valentía, determinación y compromiso con los principios de equidad y justicia la convierten en un ícono indiscutible de la historia legal del país, cuyo impacto se siente aún en la actualidad. A pesar de su partida prematura debido a una enfermedad, su legado continúa vivo en la memoria de aquellos que valoran la igualdad y la justicia para todos.