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EMOCIONES Y DERECHO: ¿ERES UN ABOGADO EMOCIONALMENTE INTELIGENTE?

Una pequeña guía para entender la inteligencia emocional, trabajar en ella y usarla a tu favor en el mundo legal.

Quizás el tema de Inteligencia Emocional te parezca un tema de moda en el siglo XXI, popular en blogs sobre psicología y superación personal; sin embargo, el concepto de inteligencia emocional fue propuesto en 1990 por Peter Salovey y John Mayer como una forma de inteligencia social que implica la habilidad de controlar los sentimientos y emociones de uno mismo y de los demás.

La inteligencia emocional es un conjunto de habilidades para reconocer y gestionar emociones para resolver problemas y regular nuestro comportamiento.

Hoy en Time Manager te explicaremos cuáles son las categorías de la inteligencia emocional, cómo saber si eres inteligente emocionalmente y por qué este tema está más relacionado con el derecho de lo que crees.

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Categorías de la inteligencia emocional

La inteligencia emocional se puede dividir en dos categorías, las competencias personales y las competencias sociales; cada una de estas competencias se divide en dos habilidades. Las competencias personales se basan en la consciencia de uno mismo y en la gestión de uno mismo, de la misma manera las competencias sociales se basan en la conciencia social y en la gestión de relaciones.  El trabajar en estas habilidades puede incrementar drásticamente el tipo de relación que se tiene con clientes y colegas.

9 PREGUNTAS PARA ENTENDER SI ERES O NO INTELIGENTE EMOCIONALMENTE

Daniel Goleman, autoridad en temas relacionados con Inteligencia Emocional ha reunido estas preguntas que te permiten evaluar tu propia inteligencia emocional y permitirte pensar en tus fortalezas y debilitades frente al tema:

  1. ¿Sueles ser consciente de tus sentimientos y por qué te sientes así?
  2. ¿Eres consciente de tus limitaciones, así como de tus fortalezas personales como líder?
  3. ¿Puedes manejar bien tus emociones angustiosas, por ejemplo, recuperarte rápidamente cuando te enojas o te estresas?
  4. ¿Puedes adaptarte sin problemas a las realidades cambiantes?
  5. ¿Mantienes tu enfoque en tus objetivos principales y conoces los pasos necesarios para llegar allí?
  6. ¿Puedes normalmente sentir los sentimientos de las personas con las que interactúas y comprender su forma de ver las cosas?
  7. ¿Tienes una habilidad especial para persuadir y usar tu influencia de manera efectiva?
  8. ¿Puede guiar una negociación hacia un acuerdo satisfactorio y ayudar a resolver conflictos?
  9. ¿Trabajas bien en un equipo o prefieres trabajar por tu cuenta?

LA INTERACCIÓN ENTRE UN PROFESIONAL LEGAL Y UN CLIENTE SIEMPRE TIENE UN ELEMENTO EMOCIONAL.

Ahora entremos en materia: la interacción entre un profesional legal y un cliente siempre tiene un elemento emocional. Los clientes buscan a un abogado cuando sienten cuando han recibido un trato injusto y tienen un problema legal, para el cliente siempre implica una respuesta afectiva el consultar a un profesional legal ya que está interesado en un resultado favorable de la situación o arreglarla de la mejor manera posible. Y si bien estas competencias son importantes para la atención al cliente, también son relevantes en otros aspectos como el trabajo en equipo y la colaboración entre colegas, lo que puede llevar a una mayor eficacia en el trabajo.

El ser consciente de las emociones propias y de las de aquellos individuos con los que se trabaja permite gestionar la interacción que se tiene con otros. Hay que mostrarse al cliente como alguien humano y empático respecto de sus necesidades para no ser visto como un oportunista o interesado, sino como un solucionador de problemas; de esta manera se genera una relación de trabajo con este y no simplemente se cierra una operación comercial puntual. Mantener esta comunicación con el cliente es clave para transmitir que se encuentra en una relación valiosa, que merece la pena mantener y fortalecer su relación con su abogado.

El adquirir habilidades como ver las motivaciones y respuestas emocionales, más allá que exclusivamente la ley y la lógica, le permiten al abogado tener una mayor perspectiva y mayor habilidad para persuadir; asimismo trabajar en la inteligencia emocional le permite desarrollar credibilidad, identificarse con las necesidades e intereses de los clientes, trabajar en equipo y saber comunicarse con otros para dar el mensaje de la mejor manera.

Estas habilidades son fundamentales para el éxito de un despacho de abogados ya que fomenta la lealtad de los clientes, de los miembros de la firma (abogados y personal), y se establecen relaciones fuertes con terceros o entidades vinculadas al despacho; se favorece el desarrollo de líderes dentro de la organización generando un ambiente laboral positivo incrementando la calidad del trabajo desarrollado en la firma;  los equipos de trabajo son más creativos y productivos ya que se alcanza una mayor participación y colaboración entre sus miembros y todo esto desemboca en obtener mejores logros y resultados para la firma.

Desarrollar la inteligencia emocional y entender la importancia que tienen las habilidades sociales para un abogado pueden llevar a una firma a una mayor eficiencia y mejores resultados en el trabajo, puede ayudar a fidelizar clientes, a mejorar en los negocios y a generar ganancias. Usar correctamente estas habilidades beneficia el ambiente laboral y las relaciones con los clientes incrementando así la productividad de la empresa.

FUENTES:

https://www.inc.com/marcel-schwantes/9-questions-emotionally-intelligent-people-always-ask.html